jueves, 20 de agosto de 2009

Empieza la Conquista

Antes de la llegada de los conquistadores europeos, y en forma totalmente independiente del resto del mundo, en América se habían desarrollado grandes civilizaciones. Como gobernante católico, para el Rey de España, si estos habitantes eran sus súbditos también debían ser cristianos.
De aquí en adelante, la exploración fue reemplazada por la Conquista y conversión al cristianismo, a la fuerza. Con frecuencia, se ordenaba matar a quienes no adoptaban la fe católica o se les esclavizaba.
Primeros cambios
Bendecido por la Iglesia y el Rey, y motivado por sueños de oro y gloria, apareció un nuevo tipo europeo: el conquistador, protagonista de la conquista de del Imperio Azteca, los Incas y otros pueblos americanos. Ninguno de ellos dejó de ser afectado por la llegada de los europeos.
Tanto así, que algunos fueron espectadores de la eliminación de su cultura (Inca y Azteca). Se les impuso una nueva religión y una forma de vida distinta
La historia de la mayor parte de los indígenas americanos, después de Colón, es una historia de opresión. Los europeos se apropiaron de sus tierras y obligaron a los indígenas a trabajar para ellos en las minas, las haciendas y en la construcción.
La metrópoli española implantó una estructura política y económica según sus propias necesidades, y la economía indígena quedó subordinada a sus intereses. Se cultivaba la caña de azúcar en Las Antillas, y también fueron explotadas, con fines comerciales, las zonas mineras de Perú y Bolivia, las sierras de los Andes y de Zacatecas y Guanajuato en México.
La esclavitud
Por la falta de mano de obra en América, especialmente por la alta mortalidad en Las Antillas, los primeros esclavos llegaron a esta tierra en 1510. En un siglo, el volumen de personas en esta condición transportadas a través del Atlántico, llegó a más de 40.000 al año. Viajaban en condiciones inhumanas, y muchos fallecían en el trayecto debido al hacinamiento y al hambre.
Alimentos y especies
A medida que avanzaban las exploraciones, los europeos se encontraban con especies desconocidas y se percataban de que muchas de las suyas no existían en América.
Algunos alimentos originales del nuevo continente eran: el maíz, la mandioca, las papas o patatas, los camotes, los calabacines, los frijoles, los tomates, el pimiento rojo y verde, las piñas, las semillas de girasol.
También había otras menos saludables... Colón vio a los indígenas chupando unas hojas enrolladas y encendidas: era tabaco. Transcurridos 100 años, muchos europeos habían empezado también a fumarlo.
Para los españoles, el trópico era deslumbrante por su belleza, su opulenta flora y fauna, y su clima. Ellos trajeron cerdos, vacas y cabras, que se multiplicaron rápidamente, lejos de las infecciones y con pastos vírgenes. También se aclimataron -aunque no tan bien al principio- ovejas, caballos, aves de corral y perros.
Este fue el comienzo de un cambio en la fauna americana, que permitiría a los habitantes de esta tierra mejorar su dieta en proteínas.
No se tuvo tanto éxito con los vegetales. Algunas especies se desarrollaron sin problemas, pero -en un comienzo- el cultivo de la vid, el olivo y los cereales fracasó. Esto fue una gran dificultad para un pueblo que basaba su dieta en el pan de trigo, la aceituna, el vino y otros productos mediterráneos